Los informes de solvencia valen tanto como un billete de Monopoly

Por qué no deberías pedir informes de solvencia y sí los certificados originales de la consulta a los ficheros de morosos

En tierras gallegas es habitual escuchar «eu non creo nas meigas mais habelas, hainas» (no creo en las brujas, pero haberlas, haylas).

En Internet te venderán informes de solvencia como un documento que certifica si eres o no solvente.

Pídelo, te dicen, y podrás demostrar ante terceros que «eres fiable».

Pero, a diferencia de las meigas, haberlos, no haylos.

 

Un informe de solvencia es papel mojado

Un informe de solvencia no es más que un documento que pone en bonito los datos de los certificados oficiales que emiten los ficheros EXPERIAN Badexcug y ASNEF Equifax.

Ni más, ni menos.

Eso, si quien los crea ha hecho las consultas al fichero por ti y no se ha inventado los datos. O si no los ha transcrito mal.

Estos informes son papel mojado si no van acompañados de los certificados oficiales. No tienen ninguna validez jurídica y nadie que conozca el funcionamiento de los ficheros te los aceptará por sí mismos.

De hecho, una entidad bancaria y muchas empresas (desde empresas de telefonía hasta grandes superficies y comercios de todo tipo), consultan ellas directamente a los ficheros y no necesitan que les des ningún informe. Por eso, ninguna de ellas te pedirá nunca un papel con datos a los que ya tienen acceso.

 

Informes de solvencia falsos

Hemos podido constatar que hay empresas que falsifican los datos de los supuestos informes de solvencia. No solo te cobran por algo que no tiene validez, sino que encima esa información es fraudulenta.

La única manera de saber que el informe de solvencia que te presentan es real, es que vayan acompañados de las respuestas oficiales de cada fichero.

No obstante, como la respuesta es en formato electrónico, sin ningún tipo de código que permita validar su autenticidad, puede ser falsa. Sólo puedes fiarte de entidades reputadas, con ojos y cara. O de los propios ficheros.

 

¿Cuándo es necesario tener un informe de solvencia?

En rigor, nunca.

Lo que puede que necesites es que los ficheros de morosos certifiquen si tus datos están o no en ellos, porque:

  1. Te han dicho o crees que estuviste o puedes estar en un fichero. Tener el certificado es el primer paso para salir con garantías del fichero y poder solicitar una indemnización si te incluyeron saltándose la ley, algo que le ocurre a decenas de miles de personas.
  2. Alguien te pide ese informe para fiarse de ti. Por ejemplo, el casero que te alquila una vivienda. Es poco habitual que te lo pida un comercio o una empresa de cierta dimensión, y nunca lo hará una entidad financiera.

 

¿El informe de solvencia es lo mismo que el informe de riesgos?

No. Un informe de solvencia ya hemos dicho que, como tal, no es nada. Lo único que documenta es si una persona está en un fichero de morosos, con las salvedades que hemos comentario aquí.

En España, un informe de riesgos es un documento emitido por la Central de Información de Riesgos del Banco de España, conocida como CIRBE.

El CIRBE es una base de datos con el detalle sobre los préstamos, créditos, avales y garantías que tienes con una entidad financiera. Esta información se utiliza para conocer tu nivel de endeudamiento, no para saber si eres o no moroso.

 

La consulta al fichero con plena validez

Llegados hasta aquí te preguntarás cómo puedes saber que el documento que certifica tu posible inclusión en los ficheros es válido.

Solo hay dos opciones. Hacer la consulta tú o delegarlo en empresas especializadas, como Honoriza.

Si optas por pedirle a un tercero un único documento donde figure toda la información de la consulta a los ficheros, pídele siempre que te remita las respuestas oficiales que le han dado. Y, de paso, comprueba si son de fiar.

Porque gente que engaña con los ficheros, haberla, hayla.

 

Nosotros podemos ayudarte

Despreocúpate. Nosotros llevemos tu caso de principio a fin, haciendo la consulta, sacándote del fichero de forma definitiva y reclamando la indemnización que te corresponde.