En busca del contrato perdido: cuando te toca a ti demostrar que no debes nada

Orange reclamó a Miguel 100 euros por incumplir una permanencia sin ninguna prueba. Lejos de demostrar su demanda, presionaron ferozmente a Miguel durante meses y le incluyeron en un fichero de morosos.

En enero de 2015 Miguel decide dar de baja un servicio de telefonía fija e internet contratado con Orange. Es una gestión ordinaria a la que no le ponen ningún reparo.

La compañía le envía una última factura con un cargo de 100 euros por incumplir una permanencia de 24 meses.

Miguel está convencido de que ya pasó ese plazo. Se ofrece a pagar la parte de consumo que figura en la factura, pero no la penalización.

Ante la insistencia de Orange de que «quedaban unos días de permanencia», Miguel pide una copia del contrato. Una y otra vez, sin éxito.

Le advierten de que le reclamarán el pago por vía judicial. Le parece bien. Así podrá defenderse.

Pero esa demanda nunca llega. En su lugar, comienza una odisea de más de dos años buscando un contrato perdido y sufriendo una infernal campaña de acoso telefónico a él y a su familia.

 

El contrato que no existe, pero te facturan, y que finalmente aparece mutilado

En enero de 2017, dos años después, el banco de Miguel le deniega una tarjeta de crédito porque está incluido en un fichero de morosos.

Miguel hace la consulta al fichero y comprueba que, en efecto y sin que la compañía se lo dijera, le incluyeron en el fichero ASNEF-Equifax en febrero de 2016.

Como si se tratara de una película de Indiana Jones, se lanza a buscar el contrato perdido que debería justificar la permanencia que le reclaman. Lo hace por teléfono y por chat. Sorprendentemente, la compañía dice que no tiene ningún documento y que estará en la tienda donde contrató el servicio.

Miguel sabe que no contrató en ninguna tienda. Aún así, se acerca a la más cercana a su casa. Allí, como era de esperar, le dicen que no tienen nada y que llame de nuevo a Orange.

Cuando Miguel contactó con Honoriza nuestros abogados reclamaron de nuevo el contrato a Orange. La empresa esta vez contestó, pero con un archivo incompleto, sin fecha legible ni firma.

Entretanto, a Miguel le dicen que Orange ha vendido su deuda a una empresa de recobro, Altaia Capital.

Estos redoblan la persecución a Miguel llamando por teléfono a todas horas a su mujer, a su hijo menor cuando estaba en clase e incluso a su lugar de trabajo. Como Indiana Jones en sus célebres películas, se topó con personas y prácticas más propias de la Gestapo que de una empresa a la que importan sus clientes.

 

Solo la vía judicial acaba con esta pesadilla

A Miguel no le queda otra que pedirle a Honoriza que demande a Orange.

Honoriza formaliza la demanda en marzo de 2018. Durante el juicio, y como era de esperar, Orange no aporta ningún escrito que acredite que Miguel haya firmado ninguna permanencia.

Únicamente facilitan una grabación telefónica donde supuestamente Miguel solicita el servicio, sin fecha.

Por eso el juez en la sentencia fallada a favor de Miguel dice que la deuda no es cierta:

(…) Los contratos aportados [por Orange], son incompletos, y no consta la fecha de contratación de la línea (…). Por tanto, no cabría reclamación alguna por este concepto, al nos constar la fecha de contratación. De ello se deduce que la cantidad reclamada no es cierta ya que ni siquiera es posible llevar a cabo el cálculo de la misma para comprobar su exactitud.

Y cierra:

Por tanto, no cumpliéndose el primero de los requisitos exigidos legal y jurisprudencialmente para incluir los datos de carácter personal determinante para enjuiciar la solvencia económica de la demandante [Miguel], la veracidad de la deuda, y no siendo pertinente la inclusión de tales datos en un fichero de morosos dado que la deuda era discutida, resulta acreditada la existencia de una intromisión ilegítima en el derecho al honor de la misma que debe ser reparada.

 

Una sentencia favorable, pero insuficiente

Honoriza, a diferencia de otras empresas que solo quieren amarrar el cobro de las costas judiciales, busca siempre la máxima indemnización para sus clientes en función de cada caso y de la jurisprudencia.

Por todo los hechos demostrados y porque Miguel estuvo incluido en un fichero de morosos por más de doce meses, Honoriza reclamó una indemnización de 12.000 euros, conseguida en otros casos similares.

En esta ocasión el juez estimó parcialmente la demanda y concedió una indemnización de 5.000 euros, además de que Orange y Altaia Capital (que ni siquiera se presentó al juicio) borrasen definitivamente a Miguel de los ficheros de morosos.

Obtuvimos una victoria. Aunque la indemnización estuvo dentro de la media, no fue la deseada. Este tipo de sentencias nos anima a redoblar esfuerzos y a seguir luchando para que nuestros clientes reciban la compensación que merecen.

Más allá de la cuantía económica, el triunfo sí fue total en el plano que más importa: Miguel recuperó su honor y acabó con la pesadilla que le agobiaba a él y a los suyos. Ya no tendrán miedo de descolgar el teléfono, ni llevar a cuestas una etiqueta que nunca debieron ponerle.

 

El caso de Miguel, en el tiempo

Honoriza | Caso Miguel contra Orange y Altaia Capital

 

Miguel contó su historia en la Sexta

 

Ficha técnica

  • Empresas demandadas: Orange Espagne, S.A.U. y Altaia Capital SARL
  • Importe de la obligación de pago inicial reclamada: 132,19 euros
  • Tiempo de inclusión indebida en el fichero: Al menos 1 año
  • Fecha de la demanda: 23/03/2018, por vulneración de derecho al honor
  • Fecha de la sentencia: 26/09/2019, nº 00195/2019, del juzgado de primera instancia nº 11 de Vigo
  • Resultado de la sentencia: Indemnización de 5.000 euros a favor del demandante (ver la sentencia)